Mucho se ha escrito sobre la participación de la selección peruana de fútbol en las Olimpiadas desarrolladas en la ciudad alemana de Berlín el año de 1936. Hay dos versiones: la primera es la versión clásica de esta campaña, la que hemos escuchado desde niños, ésta nos indica que los organizadores del certamen olímpico junto a las autoridades nazis, que por ese entonces controlaban al país organizador, aplicaron una injusta maniobra para impedir que la “blanquirroja” alcanzara la gloria olímpica. Dice la leyenda que ellos anularon la victoria de la selección peruana de fútbol sobre el representativo austriaco, argumentando que se jugó en un campo no reglamentario y además que el campo fue invadido por hinchas peruanos, quienes impidieron el normal desarrollo del encuentro. Los organizadores decidieron que se jugara otro partido, en otra cancha y a puertas cerradas, pero desde lima la decisión del presidente Benavides fue que todos los deportistas debían regresar al país lo más pronto posible y de forma obligatoria.
La segunda versión es una investigación periodística que toma como fuente documentos oficiales y que contrasta notablemente con la primera. Este trabajo redefine una nueva postura sobre la actuación de la “blanquirroja” en las Olimpiadas Berlinesas, además demuestra que la versión clásica está llena de mentiras y de medias verdades. Pedro Arias, autor de la investigación, responsabiliza a la prensa y al pueblo de construir una versión de acuerdo a su conveniencia y por motivos patrioteros.
Esta versión revisionista de la historia del deporte peruano es admirable y valiosa para los deportistas, dirigentes, investigadores del deporte y aficionados en general. Siguiendo esta versión, que es la más creíble por tratarse de una investigación, es verdad que la anulación de la victoria sobre Austria no fue tan injusta, tampoco es verdad que nos enfrentamos a los titulares del equipo austriaco sino que a una versión amateur y que el equipo europeo jugó la mayoría del encuentro con un hombre menos. Pero, es necesario conocer que los mitos fundacionales son necesarios y naturales en toda sociedad que busca identificación, es decir un yo colectivo, una diferencia que los distinga del resto y que muchas veces estás están construidas a retazos de verdades, mentiras y medias verdades.
La importancia de esta campaña y la razón por la que quedo grabada en el imaginario colectivo es que fundó la tradición del buen toque del jugador peruano, también sirve para demostrar que el deporte muchas veces es un enlace que nos envuelve imaginariamente con el resto de compatriotas bajo una sola bandera: la peruana.
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